Cuentos de Navidad

Antes de Navidad hicimos otro concurso de cuentos, aquí tenéis a los ganadores.
UNAS NAVIDADES TRISTEALEGRES

Érase una vez, una niña que se llamaba Venus. Venus vivía en una ciudad muy bonita llamada Olimpo. Tenía una casa preciosa y su familia tenía bastante dinero, así que no pasaba ninguna necesidad.

A medida que se acercaban las navidades, Venus pensaba cada vez más en los regalos, en el árbol de navidad, en el Belén, en Papá Noel, en los Reyes Magos, en las vacaciones…
Un día les dijo a sus padres:
-Papá mamá, ¿a que no sabéis lo que quiero que me traiga Papá Noel?
-Pues no, no lo sabemos - le contestaron.
-Quiero que me traiga el coche teledirigido de Megara - les dijo

Venus decidió escribirle una carta a Papá Noel a lapicero, por si se equivocaba. La carta era así:

Querido Papá Noel:
Me llamo Venus y este año me he portado muy bien.
Por eso quiero que me traigas como regalo el coche teledirigido de Megara. Es de color rosa y lleva pegatinas de flores de todos los colores.
Hasta Pronto

Venus

El día 24 de Diciembre, Venus y sus padres celebraron la Nochebuena. Se lo pasaron muy bien, la cena estaba riquísima, había luces de colores rodeando el Belén, la gran estrella de la copa del árbol de Navidad…

Venus se echó pronto a la cama para que Papá Noel le trajera su regalo.

Al día siguiente Venus se despertó y bajó corriendo a ver el árbol. Cuando llegó vio un paquete muy grande, el papel donde estaba envuelto era de color rosa con estrellas brillantes.

Venus lo abrió deprisa… ¡era el coche teledirigido de Megara! Se puso supercontenta y fue corriendo a la habitación de sus padres a enseñarles el regalo.

Bajaron todos a desayunar chocolate caliente con churros. Estaba riquísimo.
Después Venus se vistió muy elegante para estrenar su nuevo juguete. Cuando estaba jugando llegaron sus padres y le dijeron:
-Venus, ¿has hecho los deberes del colegio?
-No, luego los haré - respondió.
-Venus ya sabes que antes de jugar hay que trabajar, y tú tienes que hacer los deberes - le dijo su padre.
-Si no haces los deberes no jugarás con el coche Venus - dijo su madre en tono de reproche.
-¡Jo! ¿Para qué quiero tener juguetes si no puedo jugar con ellos? - murmuró.

Venus hizo los deberes, pero cuando acabo ya era la hora de comer. Como era el día de Navidad, Venus fue a comer a casa de sus abuelos. Se lo pasó muy bien pero estaba deseando llegar a casa para jugar con su coche.

Cuando llegó se puso a jugar y de repente sonó el teléfono.
Lo cogió su madre, Venus no sabía que decía pero la cara de mamá estaba triste…
¡El abuelo de Venus estaba enfermo!
Eso le dijeron sus padres, resulta que la aurícula derecha no le funcionaba bien y lo habían llevado al hospital.
Esa misma tarde fueron al hospital a ver al abuelo.
El abuelo de Venus estaba bastante mal y se tenía que quedar en el hospital un par de días.

Desde ese día, Venus estaba triste, no quería jugar con su coche, estaba muy callada…
Sus padres lo notaban y la consolaban diciéndole:
-Ya verás como el abuelo se pone bien pronto - decía su padre.
-Venus no estés triste, el abuelo está bien y pronto podrás jugar con él - le decía su madre.

Pasó una semana, dos semanas, tres semanas, un mes… Y el abuelo no se ponía bien. Venus estaba muy triste, pero un día sus padres le dijeron:
-Venus, tenemos una buena noticia que darte- dijo su madre.
-¡El abuelo se ha puesto bien! ¡Ya no está enfermo! - dijo el padre.
-¡Qué bien! ¿Podemos ir a verlo? - dijo Venus

Fueron todos a ver al abuelo, lo llevaron a su casa donde había preparada una fiesta sorpresa para darle la bienvenida. Todos se lo pasaron muy bien en especial Venus, porque a lo largo de esta historia aprendió muchas cosas. Que os contaré otro día, porque eso es otra historia.
FIN
María
EL OLIMPO NAVIDEÑO
Hace mucho tiempo en el planeta tierra estaba llegando la navidad. Cuando la tierra entera estaba hasta arriba de adornos.

Así pasó en la ciudad Hera donde reinaba Zeus y Rea, su palacio era muy bonito. En el centro de palacio había un árbol de navidad muy grande en el que todos los plebeyos se fijaban.

Pero esto no era lo único Zeus y Rea tenían cinco hijos muy problemáticos en el colegio que estaban como locos porque llegaban las navidades y como sus padres eran lo reyes de Hera iban a tener muchísimos regalos Papa Noel y Los reyes eso para ellos era mas que suficiente.

Mientras que en el colegio Saturno estaban poniendo los adornos. Mientras uno de los hijos de Zeus Hércules ponía adornos en su clase tiro hasta la pizarra de cristal cuando se quedó embobado mirando a Megara otra hija de un dios.

Cuando Zeus se enteró mandó un rayo que dejó al pobre Hércules con los pelos de punta. Megara se quedo asombrada y le dijo:

¿Eres hijo tú también de un dios?
Si
¿De cual?
De Zeus
Pues eso ha sido que Zeus te ha castigado por mirarme así.
Pues Zeus es muy gruñón con sus rayos.

Y así Megara y Hércules se hicieron súper amigos. Mientras en el olimpo Zeus y Rea estaban intentando averiguar algo sobre Megara hasta que al final lo encontraron.

Megara hija de Gea y Urano.

Entonces a Rea y Zeus se despreocuparon y dejaron que Hércules fuera su amigo. Horas después el chofer de Zeus fue a recoger a Hércules en un coche de última categoría.

A Hércules y Meg les dio mucha pena que ya se tuvieran que ir pues era el día que mejor se lo habían pasado en el colegio.

Pero que se hubieran tenido que ir no era lo peor, lo peor era la bronca que les esperaba en palacio por todos los adornos que habían roto en Saturno.

Pero no les prohibieron verse solo les dejaron sin salir un mes. Un día Meg apareció por el colegio con un lápiz de oro con el nombre de Hércules grabado.

Era el regalo de Meg para Hércules de navidad.

Y el regalo de Hércules era todavía mejor pero no se lo podía dar en el colegio porque era tan grande que ni si quiera lo podría llevar. Solo le dio una pista:

-Te gusta mucho
- ¡A si!
-El que será un juego de manicura o un anillo de diamantes empezó a pensar Meg.

Mientras en Luna un malvado Dios llamado Hades veía como Zeus estaba orgulloso de su hijo Hércules, le daba tanta envidia que planeo un plan. Llevarse a Hércules por la noche y con una malvada poción lo haría mortal.

Entonces puso en marcha su plan. Una noche mando a sus dos sirvientes Neptuno y Plutón pero claro a ellos les parecía malo porque estaban en navidades época de amor.

Entonces llevaron una poción pero no la de Hades si no una en la que el amor le iría muy bien.

Y esa poción funcionaba a Hércules le funcionaba con Meg.


Pasó el tiempo y Hércules y Meg crecieron pero cuando tenían 22 años se dieron cuenta de que se querían y mucho. Hércules estaba hecho un fortachón y su padre Zeus con una enfermedad en la aurícula del corazón y Rea de viaje buscando traje de madrina para la boda de Hércules y Megara.

La boda se celebraría en el olimpo pero el palacio que tenían Hércules y Megara en el espacio exterior era todavía mejor se llamaba Marte pero era para ellos solos.
Hércules y Megara eran príncipes pero solo hasta que Zeus y Rea dimitieran. Un día se pusieron a pensar en la navidad que se conocieron y le dijo:
-Oye Hércules y ese regalo que nunca me diste.
-A si te lo daré hoy mismo aprovechando que se acercan las navidades.
Era un árbol tan grande y bonito como el del olimpo.
Le gusto mucho y justamente el día de nochebuena nació un Hércules júnior el hijo de Hércules y megara fueron muy felices comieron perdices.
FIN
Pilar

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